Para 1 tarta (8 porciones grandes)

Queso blanco: 1 y 1/2 pote grande (480 g)
Queso roquefort: 100 g
Yemas: 6
Apio picado: 1/2 pocillo
Queso gouda rallado: 100 g
Pimienta negra triturada: 1/2 cucharada sopera
Queso fontina rallado: 100 g
Pimentón dulce: a gusto
Sal: 1 pizca
Claras: 6
Masa suave para tarta precocida: 1

Para decorar

Hojas de apio: cantidad necesaria
Láminas de queso: cantidad necesaria
Pimentón (para espolvorear): cantidad necesaria

Dividir el queso blanco en tres partes iguales y ubicar en distintos bols.

Colocar el queso roquefort cortado en trozos chicos a una de las partes. Procesar. Agregar 2 yemas.

Incorporar el apio. Mezclar y reservar.

Añadir el queso gouda, la pimienta y 2 yemas a la segunda parte del queso blanco. Mezclar bien y reservar.

Adicionar el queso fontina, el resto de las yemas y el pimentón dulce a la última parte del queso. Mezclar y reservar.

Batir las claras a punto nieve con una pizca de sal.

Poner una tercera parte a cada preparación de quesos. Mezclar bien con movimientos envolventes.

Volcar la preparación de quesos en la masa de tarta precocida. Comenzar por la más consistente hasta completar las tres preparaciones. Llevar a horno precalentado a temperatura moderada por espacio de 60 minutos o hasta que el relleno esté bien firme.

Retirar, dejar entibiar, desmoldar sobre rejilla metálica y dejar enfriar. Cortar en cuadrados y, luego, en triángulos. Decorar cada porción con hojas de apio y láminas de queso. Espolvorear con pimentón.